dijous, 13 de setembre del 2012

[...]Cuando miro triste la lejanía azul del horizonte, la brisa me trae un olor dulce. Este cielo no es el cielo de aquél día, esta luna no brilla como aquélla, como aquélla que alumbró mis sueños altos en aquél día [...].
Pero a lo mejor si sonrío con la alegre tristeza de no olvidarlo, podré esperar, no cansarme de esperar la alegría.